Welcome everybody

If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
I can't promise you won't still be hungry and thirsty, but we can have some fun times together and it will give you something to remember.
Then tomorrow and beyond, you can reflect on what it is like to have a joyful day that in turn leads to a joyful heart.

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sábado, 30 de agosto de 2008

EL LENGUAJE DE DIOS


He comenzado hoy un libro que tenía en la estantería desde hacía meses. En castellano el título está en interrogación: ¿Cómo habla Dios? Detesto las interrogaciones en los títulos. Me gusta más el original The language of God. El autor es Francis S. Collins, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica por su contribución al proyecto más ambicioso de la ciencia moderna: clasificar el genoma humano.
Arranca el libro con una anécdota muy significativa: en el verano del 2000, en el discurso de Clinton anunciando el primer borrado del genoma humano, el entonces Presidente norteamericano comentó: "Hoy estamos aprendiendo el lenguaje con el que Dios creó la vida". Este salto de la perspectiva científica a la espiritual no pasó inadvertido a la opinión pública, pero la cosa no quedó ahí, el propio Collins unos minutos después decía: "Me llena de humildad, de sobrecogimiento, el darme cuenta de que hemos echado el primer vistazo a nuestro propio libro de instrucciones, que previamente sólo Dios conocía". Dos referencias explícitas a Dios en un contexto científico. Y de eso va el libro, de la evidencia científica de la fe, como reza el subtítulo de la edición del libro en castellano.
No voy a hacer una crítica, ni positiva ni negativa, del libro. Ya lo han hecho otros. Sólo diré que me está gustando mucho. Con muchas citas a Lewis, de las que entresaco una que me parece genial: "Dios nos susurra en los placeres, nos habla en la conciencia, pero nos grita en el dolor: es su megafóno para despertar a un mundo sordo".
Yo añadiría un mundo sordo y ciego. Un ojo que quiere verse a sí mismo es un ojo ciego. O nos abrimos a la trascendencia o apaga y vámonos.
Por: Alberto García Chavida

sábado, 23 de agosto de 2008

Juramento hipocrático cristiano


Hace unos días me encontré, por casualidad o por providencia, un juramento hipocrático, que data muy probablemnte del siglo III. Consta su utilización ya en el siglo IV. Originalmente está escrito en lengua griego, y se conserva algún ejemplar en la Biblioteca Vaticana. La traducción se debe a Gonzalo Herranz. No me resisto a transcribirlo:

Bendito sea Dios Padre de Nuestro Señor Jesucristo, sea bendito por los siglos de los siglos. No miento.
No mancharé la ciencia de la medicina.
No daré a nadie un veneno, aunque me lo pida, ni sugeriré a nadie que lo tome.
Igualmente, no induciré el aborto a ninguna mujer con tratamiento por arriba o por abajo.
Enseñaré el arte a los que quieran aprenderlo, sin ocultarles nada y sin hacerlos mis servidores.
Según mi capacidad y mi juicio, sólo aplicaré mis tratamientos para beneficio de los enfermos. Practicaré mi arte con pureza y santidad.
En cualquier casa que entre, lo haré para ayudar al enfermo, y me abstendré de cualquier acción, intencionada o no, que pueda causar daño o provocar la muerte, y de toda relación erótica con siervo o libre, con hombre o mujer.
Guardaré silencio sobre todo lo que vea u oiga, con ocasión de mi práctica (o incluso fuera de ella en mis relaciones sociales), y consideraré esas cosas como un secreto sagrado.
Si guardo este juramento y no lo quebranto, que Dios me ayude en mi vida y en mi arte, y sea yo honrado de los hombres. Si me mantengo fiel, que me salve; pero si juro en falso, que me suceda lo contrario.

Encontrarme este texto me ha llenado de alegría, que ha ido en aumento al leer la publicación de un brillante artículo de César Nombela, en ABC, argumentando sobre la amenaza a la vida humana: "La vida de cada uno tiene un comienzo y un final. A lo largo de la Historia, la interpretación de lo que ocurre en estas dos situaciones ha carecido con frecuencia de una base biológica sólida, que pudiera servir como punto de referencia para su valoración ética. Pero los avances científicos, especialmente en las últimas décadas van perfilando un conjunto de datos que no se puede ignorar...El comienzo de la vida de cada individuo de la especie humana se produce con la fecundación de los gametos, óvulo y espermatozoide para dar el cigoto".
Se habrá enterado Bernat Soria?
Por: Alberto García Chavida