Welcome everybody

If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
I can't promise you won't still be hungry and thirsty, but we can have some fun times together and it will give you something to remember.
Then tomorrow and beyond, you can reflect on what it is like to have a joyful day that in turn leads to a joyful heart.

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martes, 6 de enero de 2015

EL BAILE TRAS LA TORMENTA

Ya a finales de los 70, había tenido noticias de una publicación denominada La Crónica, que informaba de la persecución comunista en Lituana. Conocí algunos ejemplares en español, otros en inglés, incluso alguno en lituano. Me quedé impactado, porque se trataba de algo que ocurría en esos años, y que era  totalmente desconocido para mí.

Ahora, he tenido la oportunidad de leer El baile tras la tormenta   una sucesión de relatos de disidentes. Epopeyas heroicas sería su resumen exacto. Porque en el mundo desquiciado del pasado comunismo soviético, durante las décadas centrales del siglo XX, la disidencia solía pagarse con la deportación, la cárcel, la tortura y la muerte. Así lo corroboran innumerables testimonios, desde el Nobel Solzhenitsin hasta la feminista Goricheva.
Si no se ha vivido en ese infierno es difícil creerlo, incluso imaginarlo. Pero fue real, abrumadoramente real. Sin embargo, esa moneda tiene otra cara: en medio de esos años tenebrosos brillan las vidas de quienes no estuvieron dispuestos a dar la espalda a Cristo, hombres y mujeres de toda edad y condición. Si muchos ya descansan en paz, otros han vivido para contarlo al periodista José Miguel Cejas, que recopila con notable acierto. Historias duras y hermosas, como los años de cárcel del joven sacerdote jesuita Sigitas Tamkevicius, actual obispo de Kaunas (Lituania).

Por estas páginas se asoman finlandeses, lituanos, estonios, letones, rusos y escandinavos. Hombres y mujeres de los ambientes culturales y sociológicos más diversos: músicos, pintores, reporteros de guerra, sacerdotes, médicos, actores de teatro, cantantes de rock, profesores de Universidad.

A pesar de la dureza del relato, el tono es esperanzador y positivo. Compensa leerlo.

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