Según The Daily Wire, un informe del Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado concluyó que funcionarios de salud dentro de la administración Biden sabían, ya en febrero de 2021 —a pocos meses del lanzamiento de la primera vacuna contra el COVID—, que la vacuna estaba asociada a miocarditis y pericarditis (inflamación del corazón), y que se habían reportado casi 1.000 muertes tras la vacunación, muchas de ellas de origen cardiovascular. Sin embargo, el informe señala que los funcionarios de salud de EE. UU. “minimizaron la preocupación” y deliberadamente “retrasaron informar al público sobre el riesgo” hasta junio de 2021, por temor a que la información generara “vacilación ante la vacuna” entre la población. |
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