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If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
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martes, 2 de octubre de 2012

MUJERES EMBARAZADAS Y CÁNCER

Existe cada vez más evidencia de que las mujeres embarazadas que pueden desarrollar un cáncer de pecho pueden ser tratadas sin gran peligro para el niño no nacido. En el momento actual, aproximadamente 1 de cada 3000 embarazos se puede asociar a un cáncer de pecho. Este número parece pequeño, pero como cada vez más las mujeres retrasan la edad de tener un hijo, aumenta paralelamente el riesgo de padecer un cáncer de pecho, por lo que no es ilógico pensar que la cifra anteriormente comentada pueda aumentar.

Muchos estudios parecen indicar que cuando al embarazo se asocia a un cáncer de pecho pueden aumentar las complicaciones, a veces importantes, es decir son más difíciles estos embarazos que los de las mujeres sanas. Pero esta realidad es mucho más compleja. En efecto, los riesgos específicos de los embarazos complicados con un cáncer de pecho son ambiguos, cuando se comparan grupos de mujeres embarazadas y otras que no lo están, ambos con cáncer de pecho, si se tiene en cuenta la edad de la mujer y el estado del tumor, pues en este caso las diferencias entre ambos grupos se hacen menos definidas.

Distintos expertos en cáncer y embarazo comentan que las pautas terapeúticas normales podrían aplicarse durante durante el embarazo. Por ello, según Frederick Amant, de la Universidad Católica de Lovaina, cada vez parece menos justificable que se recurra al aborto en caso de embarazo y cáncer de pecho, pues según él la cirugía puede ser ser instaurada con razonablemente bajo riesgo para el feto durante el segundo trimestre y en la parte final del mismo se podría aplicar sin riesgo hasta el parto.

Sin embargo, la quimioterapia debería evitarse durante el primer trimestre, aunque a las quince semanas, ya que los órganos se han desarrollado casi plenamente, no sería un peligro objetivo el aplicarla, solamente unas cuantas drogas, especialmente los bloqueadores de los receptores del estrógeno, podrían producir daños en el desarrollo fetal, por lo que se recomienda no utilizarlas hasta el parto.

Por otra parte, hay datos que comprueban que tras seguir la evolución hasta los 18 años de niños nacidos de mujeres que padecían cáncer de pecho durante su embarazo que fueron tratadas con terapia anticancerosa, dichos tratamientos no influyen en el desarrollo fisiológico y psicológico de estos niños.  Es decir, parece que se abre una puerta a la posibilidad de tratar a mujeres embarazadas con cáncer de pecho, si se tienen en cuenta las consideraciones clínicas que Amant comenta en el trabajo anteriormente citado.

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