
Desde hace cinco años, en muchos laboratorios del mundo se aplica la técnica de modificación génica
CRISPR/Cas9
con la esperanza de que pueda, algún día, servir para tratar
enfermedades humanas. Las cosas parecen haberse acelerado estos últimos
días, tras la autorización en el Reino Unido de ese tipo de experimentos
en embriones humanos (
Ver AQUÍ).
Como siempre, hemos oído voces de júbilo y voces de alarma. Unos dicen
que esa investigación encierra grandes esperanzas, otros ven amenazada
la línea germinal, hasta ahora considerada intangible, y posibilidades
de manipular al hombre.
Este es el comienzo de un artículo de candente actualidad publicado por el profesor Gonzalo Herranz, en Diario Médico, que recoge
El Observatorio de Bioética . En el artículo llama la atención el hecho de que el proyecto no aspira a curar ninguna enfermedad, y que parte de unos embriones humanos, producidos ex profeso. Por otra parte, ya se conocen los efectos negativos de algunos bloqueos realizados en otras especies.
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