Welcome everybody

If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
I can't promise you won't still be hungry and thirsty, but we can have some fun times together and it will give you something to remember.
Then tomorrow and beyond, you can reflect on what it is like to have a joyful day that in turn leads to a joyful heart.

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miércoles, 31 de marzo de 2010

CONEJILLO DE INDIAS


¿Somos ratas de laboratoiro en manos de los científicos para la creación de nuevos medicamentos?¿Qué intereses mueven la investigación biomédica? En los ensayos clínicos, ¿se da siempre prioridad al interés del paciente? A estas y muchas otras preguntas responde el cardiólogo e investigador clínico José Luis Palma Gámiz en en el libro Conejillo de Indias. Actualmente es el director y presentador del programa sanitario Viviendo la vida, en radio Intereconomía.

Con un auténtico ojo crítico va descubriendo las luces y sombras, las medias verdades y algunas desviaciones que a veces ocurren en los ensayos clínicos. Los esquemas de la investigación clínica se prestan a que los argumentos que se dan como concluyentes no sean de lo más fiable. Los protocolos que se emplean no son los ideales. De entrada, los laboratoiros sólo investigan las enfermedades que les interesan. También ocurre que los resultados extraídos de grupos muy seleccionados se proyectan sobre toda la población.

Así se entiende que en ocasiones se produce la retirada del mercado de fármacos previamente autorizados. Como sucedió con Rimonabant, un producto antiobesidad que inducía al suicidio. Algo similar pasó con Reductil, que se retiró del mercado porque eleva las posibilidades de sufrir un infarto. En teoria, esto no tiene por qué suceder, para eso están diseñadas las distintas fases del ensayo clínico. Los Comités de Investigación Clínica deberían ser mucho más rigurosos y selectivos a la hora de autorizar los ensayos para evitar estos problemas.

La inversión económica en nuevos fármacos es elevado. Los que pagan este tipo de estudios son los laboratorios. En la práctica, invierten en los ensayos que pueden ser más rentables, como antitumorales, cardiovasculares y otros en los que es previsible obtener rendimiento económico. La única solución para ello es que la investigación sea subvencionada por los Estados, pero eso ahora es implanteable. La realidad se impone: la investigación clínica depende totalmente de la industria farmacológica.

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