Welcome everybody
If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
I can't promise you won't still be hungry and thirsty, but we can have some fun times together and it will give you something to remember. Then tomorrow and beyond, you can reflect on what it is like to have a joyful day that in turn leads to a joyful heart.
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domingo, 15 de noviembre de 2009
JOVEN MUSULMANA DEFIENDE EL CRUCIFIJO
En el artículo titulado: Yo, musulmana, defiendo el crucifijo, la joven escritora musulmana, Randa Ghazy expresa su oposición al fallo del Tribunal de Estrasburgo que prohíbe los crucifijos en las escuelas de Italia. En el artículo, Ghazy asegura que uno de los recuerdos más bellos de su infancia y adolescencia es el de un sacerdote de nombre Bruno y unas religiosas. "Iba con frecuencia al oratorio con mi hermanito y las hermanas nos trataban con mucha gentileza y un primor incomparables".
Randa recuerda también en Mondo e Missione que "el Padre Bruno nos hacía reír de verdad. Cuando llegaba el momento de la Misa, mi hermano y yo nos refugiábamos para jugar al futbolín y comer algunos caramelos. El Padre Bruno, cada día, nos pedía acercarnos a los otros niños que estaban por allí en la iglesia, a lo que nosotros declinábamos con un poco de vergüenza".
"Un día el padre nos dijo: '¿y por qué no vienen y dicen sus oraciones?' Y así fue. En la Misa, yo y mi hermano recitábamos despacio las suras del Corán. De manera que, el crucifijo, en todos los tipos que recuerdo (desde la primaria hasta el fin del colegio) siempre fue para mí un símbolo de seguridad, una proyección de la grandeza del corazón de Cristo".
Hasta aquí, el relato que he leído días pasados en la agencia de noticias ACIPRENSA. Me parece todo un testimonio de tolerancia y de respeto a las creencias de los demás. Nada que ver con la intolerancia de los tolerantes, que no soportan a los que se apartan lo más mínimo del pensamiento único vigente. En una sociedad plural, deben coexistir la libertad de creencias, la tradición y la cultura. Y el crucifijo representa un elemento de cohesión en una sociedad que no debe prescindir de su tradición cristiana.
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1 comentario:
Me temo que no comparto la actitud del sacerdote. En una iglesia católica no deberían tener cabida, de ninguna manera, los infieles.
La actitud correcta habría sido, a mi modo de ver, intentar convencer a las niñas musulmanas de la Religión Verdadera, con cariño pero con insistencia.
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