MÉDICOS QUEMADOS

Con frecuencia, acusamos de dejadez a los médicos, sin que esto sea realmente un problema ético, sino una consecuencia de la exigencia de productividad (basada con frecuencia sólo en razones económicas), que lleva a la escasez de tiempo para dedicar a los pacientes, al aumento innecesario de las pruebas y al encarecimiento de la atención sanitaria, llevándolos al agotamiento o síndrome de burnout. 

Un artículo del Washington Post explica estos problemas en el contexto estadounidense (dominado por los seguros) con el apelativo de "daño moral"; muchas de sus reflexiones son aplicables a nuestro medio.

NO ES PAÍS PARA ANCIANOS, O DEFICIENTES

Malos tiempos para ser anciano. O padecer una deficiencia.    Los datos de los países donde se permite la eutanasia (Bélgica y Holanda), son escalofriantes: las principales víctimas son los ancianos o las personas con deficiencias, sin haber dado su consentimiento (32%).

El 47% de las muertes ni siquiera llegan a registrarse, la mayor parte de ellas, de ancianos de más de 80 años.

Hace pocos días hemos sabido de la “píldora Drion” en Holanda, una pastilla para mayores de 70 años que los mata. Mientras una diputada ecologista holandesa propone incluso restringir los cuidados médicos para personas mayores de 70 años.

Algo parecido es lo que nos espera en España, si la ley de eutanasia sale adelante.

DEFINICIÓN NEUROLÓGICA DE MUERTE

La revista Aeon ha publicado el artículo Neither person nor cadaver, en que, a propósito de un caso clínico, hace un repaso histórico sobre el origen de la definición neurológica de muerte del Comité de Harvard de 1968, y se extiende en su choque con el sentido común, junto con otras cuestiones anejas: actuación en situaciones de estados de mínima consciencia, voluntad del paciente, calidad del diagnóstico, factores culturales, etc.: un resumen muy completo de la situación actual. 

Como puede verse, es una cuestión todavía no resuelta en bioética.

EL TURISMO DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA EN PELIGRO

Esta sería una consecuencia del cambio de paradigma que propone el Comité de Bioética  de España, sobre el anonimato en las donaciones de gametos para reproducción humana asistida, y consecuentemente el derecho de las personas concebidas por técnicas de reproducción humana a conocer su origen biológico.

El Comité de Bioética de España recomienda de forma unánime levantar el anonimato en la donación de gametos para la reproducción humana asistida. Esto es, recomienda un cambio legal para que los nacidos por técnicas de reproducción humana asistida puedan conocer sus orígenes biológicos cuando ha habido donación de gametos.

El Comité de Bioética de España justifica su pronunciamiento explicando que “debe huirse de paternalismos o meras excusas basadas, no tanto en el interés del hijo, sino en el interés de terceras personas, ya sean los progenitores, los padres o las propias empresas y servicios de reproducción humana asistida. La Bioética y el Derecho deben atender siempre a la protección de la parte más vulnerable de la relación y, en el caso que nos ocupa, es obviamente el hijo”.

Esto es uno de los temores más grandes de las Clínicas de Reproducción Asistida, que frenaría claramente el número de donantes y dejaría de atraer a personas de otros países, gracias al anonimato de los donantes.

Si los hijos adoptivos tienen derecho a conocer a sus padres biólogicos, ¿or qué no van a tener el mismo derecho los hijos por reproducción asistida?

LA HOMEOPATÍA, EN DESCRÉDITO

La Medicina tiene como un deber básico fundamentar sus intervenciones sobre el enfermo en pruebas suficientemente fundadas. Por desgracia, las medicinas alternativas se practican en muchos casos sin que existan dichas pruebas, normalmente buscando un nicho de mercado para poder ejercerlas.

Es lo que sucede con la mayor parte de los productos homeopáticos, sobre los que no existe una investigación de fondo que los avale. Una reciente sentencia de una querella de homeópatas contra médicos por presuntas ofensas ha aclarado la falta de fundamento de la homeopatía, que es motivo suficiente para que los médicos puedan afirmar que no es algo serio, sin que ello sea una ofensa para los homeópatas.