Un artículo de investigación reciente en el New York Times (versión española) muestra que un gran número de las pruebas genéticas prenatales que se realizan sobre sangre de la embarazada (menos agresivas que las clásicas) dan falsos positivos con frecuencia alarmante (80%, 90% o más).
Sus resultados no se confirman y provocan el aborto de niños sanos. Las motivaciones económicas de su difusión son evidentes. Comentario en Aceprensa.
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