En Estados Unidos lleva implantado algo más de un año el derecho de los pacientes a acceder inmediatamente a su historial clínico, incluyendo las notas de su médico (antes también podían acceder, pero pagando, como sucede con cualquier documento público en aquel país). La medida tiene facetas de exaltación de la autonomía del paciente.
Un artículo en The Atlantic examina sus complejidades. Se puede observar que ese derecho omnímodo tiene como contrapartida un cierto abandono del paciente a su suerte, al enterarse de los resultados de sus pruebas por un mensaje anónimo, sin posibilidad de apoyo del médico en ese momento: este derecho va más allá de lo que desean realmente los pacientes (una buena atención médica) y provoca problemas.
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