Esta es la historia de Lourdes María, con más detalle, contada por su padre: “Una rotura en la bolsa del liquido amniótico, hace que Carmen y yo, acudamos a urgencias en la semana 22 de gestación. Los médicos nos dicen que es un aborto inminente, pero gracias a Dios, aún queda líquido, por lo que ingresan a Carmen para hacer reposo absoluto y tratar de ganar alguna semana más de gestación.
En la semana 25, una infección hace que los médicos decidan provocar el parto (comienza uno de los momentos más difíciles de nuestra vida). El parto se complica, pero finalmente pueden sacar a María con tan solo 800 gramos de peso. Los médicos nos informan de que la situación es crítica, María esta enchufada a todo tipo de maquinas, pero necesitan que el pulmón de María responda, ya que la máquina que lo mantiene esta al máximo y no hay margen de maniobra.
En este momento decido bautizar a María y gracias a Dios, el pulmón comienza a responder. A partir de aquí, cada día es una pequeña victoria para María: pasa por infecciones, tratamientos experimentales y finalmente, después de tres meses, los médicos deciden dar el alta a María y podemos llevarla a casa para que conozca a sus hermanos.”
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