Según la explicación oficial, se trata de facilitar el acceso a las mujeres de la UE. Supuestamente trata de evitar los embarazos inesperados y los abortos. Sin embargo, la experiencia de la PDD en todos los países europeos en los que se dispensa sin recete es que lejos de disminuir la cifra de abortos, aumenta. La razón es muy sencilla: genera una sensación de falsa seguridad.
Pero sin en la ficha técnica del EllaOne podemos leer:
“No se recomienda la administración reiterada de EllaOne dentro de un ciclo menstrual, puesto que no se han investigado la seguridad ni la eficacia de ellaOne tras su administración repetida en el mismo ciclo menstrual.”
¿Cómo se puede permitir la administración sin control médico de un
producto cuyo prospecto reconoce que “no se ha investigado la seguridad
ni la eficacia”?La ficha técnica también señala que el EllaOne es un “método de uso ocasional”. Añade que “en ningún caso debe sustituir a un método anticonceptivo convencional”. ¿No resulta contradictoria la venta sin control médico con el supuesto “uso ocasional”?
Cuando la ideología anticonceptiva se impone, hasta las más elementales normas de sentido común y de buena práctica médica y farmacológica desaparecen.
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