La importancia de las enfermedades mitocondriales varía desde débiles a extremadamente graves, e incluso algunas de ellas pueden causar la muerte de los niños afectados. Entre las enfermedades raras debidas a estas alteraciones del ADN mitocondrial figura una encefalomielopatía mitocondrial (MELAS), la atrofia óptica Leber (NOHL), y otras de mayor o menor importancia, que pueden producir un deterioro progresivo de determinados órganos después del nacimiento. Por el momento no existe un tratamiento eficaz para las enfermedades mitocondriales, que únicamente pueden ser tratadas sintomáticamente, pero no curarlas.
Para solucionar este problema, el 2 de Febrero se aprobó en la Cámara de los Comunes del
Reino Unido una petición formulada por la Human Fertilisation and Embryology
Authority (HFEA) sobre un método de obtención de embriones humanos por
fecundación in vitro (FIVET), a partir de tres parentales (dos madres y un padre). La
peculiaridad consiste en que antes de la FIVET, se produce un
óvulo híbrido, utilizando el núcleo de un óvulo y el citoplasma de un segundo
óvulo, para después fertilizarlo in vitro con esperma del padre.
La técnica persigue facilitar el que las madres portadoras de enfermedades debidas a alteraciones en el ADN mitocondrial puedan tener hijos. Para ello se utilizan dos óvulos, el primero de la madre, solo aportaría el ADN nuclear, y el segundo, de una donante, al que previamente se habría desprovisto de su núcleo, solo aportaría el citoplasma. Hay que recordar que en la fecundación humana el cigoto que se produce recibe todo el citoplasma a través del gameto femenino. El espermatozoide no aporta citoplasma. La información mitocondrial respecto a la del núcleo se limita a menos del 0,1% de la información genética. Las mitocondrias solo se transmiten por vía materna.
Objeciones técnicas aparte, hay otras de carácter ético no menos importantes a tener en cuenta. La tecnología de los bebés triparentales abre un campo que hasta ahora estaba vedado, el de la manipulación de la línea germinal. Se realiza una operación encaminada a obtener un resultado en un descendiente, con todas las dudas que suscita una alteración en un hijo, por factores incontrolados durante la manipulación de la información genética procedente de los parentales. Podría ser el primer escalón para intentar otro tipo de aventuras con el fin de intervenir o “mejorar” otro tipo de caracteres. Estaríamos sentando las bases de una nueva eugenesia. La creación de embriones de tres progenitores no es un inocuo tratamiento médico; es una macabra forma de clonación humana eugenésica.
Objeciones técnicas aparte, hay otras de carácter ético no menos importantes a tener en cuenta. La tecnología de los bebés triparentales abre un campo que hasta ahora estaba vedado, el de la manipulación de la línea germinal. Se realiza una operación encaminada a obtener un resultado en un descendiente, con todas las dudas que suscita una alteración en un hijo, por factores incontrolados durante la manipulación de la información genética procedente de los parentales. Podría ser el primer escalón para intentar otro tipo de aventuras con el fin de intervenir o “mejorar” otro tipo de caracteres. Estaríamos sentando las bases de una nueva eugenesia. La creación de embriones de tres progenitores no es un inocuo tratamiento médico; es una macabra forma de clonación humana eugenésica.
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