Sofía Vergara y su ex Nick Loeb se han enzarzado en una disputa legal para decidir el futuro de los embriones crioconservados en una clínica de Beverly Hills. Él reclama los dos preembriones femeninos que crearon por fertilización in vitro con su esperma y con los óvulos de la actriz en 2013, seis meses antes de su separación. Loeb es tenaz defensor de la vida humana y ha presentado una demanda para evitar que se destruyan, tal y como desea su ex novia.
¿Cómo se resolvería este caso en España? ¿Cuál es el destino más probable de estos embriones? En nuestro país no hay ninguna legislación que contemple la posibilidad de separación cuando hay embriones criopreservados, ni siquiera jurisprudencia al respecto que aporte algún criterio. Lo cierto es que las técnicas de reproducción asistida están generando nuevos escenarios éticos y legales que podrían afectar a los más de 300.000 embriones congelados en España.
En esta demanda salomónica, el jurista Juan Méjica, miembro de la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida, considera que no se debería permitir la utilización del “preembrión” cuando la pareja modifica sus circunstancias y uno de ellos no da su consentimiento, más aún cuando el material aportado es genético. “No se puede prescindir de la opinión de ninguna de las dos partes. El consentimiento para usar los embriones debe ser mutuo. Debe respetarse, además, el derecho a no ser forzado a procrear. La paternidad no puede imponerse. Este es, por otra parte, el criterio que están siguiendo el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y también la justicia estadounidense”. Méjica recuerda que, de diez sentencias, ocho han fallado en este sentido. En el Reino Unido, el llamado caso Evans marcó un punto de inflexión.
El problema de fondo es que no hay ninguna solución buena para el caso de los mal llamados embriones sobrantes. Y recordemos que el término preembrión no es nada científico, debería llamarse embrión preimplantatorio.
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