En bioética son clásicos los debates sobre la
obligatoriedad de prestar ciertas atenciones sanitarias caras a quien ha
producido con su conducta la patología que hay que tratar; es clásico el tema
del trasplante de hígado para tratar la cirrosis alcohólica.
El Comité de Bioética de España ha emanado hace poco un informe,
muy pormenorizado, solicitado por el ministerio
de Sanidad, sobre una situación parecida: la financiación de un fármaco caro
para prevenir el contagio de SIDA en personas que, por su conducta, tienen un
alto riesgo de contagio. Puede leerse un comentario en el blog El Sónar.
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