El caso Charlie Gard ha escalado recientemente la categoría de debate global sobre el derecho a la vida. El presidente Donald Trump y el papa Francisco ofrecieron ayuda para intentar salvar la vida de este bebé de once meses hospitalizado en Reino Unido por una enfermedad rara.
Por el contrario, los médicos del hospital dicen que no se puede hacer nada por él, un juez británico ha autorizado a dejarlo morir, y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sentenció hace unos días que lo correcto es descartar a Charlie Gard, retirándole la sonda que lo alimenta y lo hidrata.
Sus padres se resisten a desconectarlo. Quieren pedir otras opiniones médicas y buscar un tratamiento para su hijo en otros hospitales. El presidente Trump y el papa Francisco se han ofrecido a recibir a Charlie en centros médicos de los Estados Unidos y El Vaticano, donde sea posible explorar nuevas opciones de salvar su vida.
Cerca de 200.000 personas han pedido a través de la plataforma CitizenGO.org que se respete la voluntad de los padres de Charlie Gard, y no lo dejen morir. Retirarle la sonda que lo mantiene con vida significa “dejarle morir de hambre y de sed”, señala Elio Sgreccia, experto en Bioética y expresidente de la Academia Pontificia para la Vida.
Welcome everybody
If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
I can't promise you won't still be hungry and thirsty, but we can have some fun times together and it will give you something to remember. Then tomorrow and beyond, you can reflect on what it is like to have a joyful day that in turn leads to a joyful heart.
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