El presidente Trump ha creado recientemente un nuevo organismo, el Departamento para la libertad religiosa y de conciencia (Conscience and Religious Freedom Division), con el objeto de proteger dicha libertad, que fuera insidiosamente minada por las disposiciones sanitarias del presidente Obama: es bien conocido el caso de las Hermanitas de los Pobres.
La situación viene bien resumida en un artículo del Washington Post. Las críticas liberales a estas medidas protectoras de la libertad suelen argumentar que dejarán a las mujeres sin la adecuada atención sanitaria (refiriéndose, por ejemplo, al aborto). Juegan así la baza de la retórica, pues dichas intervenciones son técnicas que se aplican al cuerpo humano para satisfacer deseos del usuario, no tratamiento de enfermedades.
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