El proyecto alega la pérdida de dignidad humana en esas situaciones terminales de sufrimiento y limitación. En este contexto, los medios han presentado a lo largo de los años muchos casos que excitan la compasión de los lectores, y que predisponen afectivamente a la aprobación de este tipo de leyes.
El Dr. Herranz previene contra esta compasión descompensada,que deja de lado el razonamiento ético y resulta muy perniciosa. Un reciente artículo de la revista Crisis aborda también esta compasión que es, en el fondo, pena debida a la carga afectiva que resulta de atender a pacientes que rotulamos como de vida indigna.
Consecuencia de esta falsa compasión es la eliminación de estos pacientes, si tienen malformaciones con el aborto, si son enfermos graves y depauperados con la eutanasia.
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