Un juez federal estadounidense ha sentenciado que la píldora abortiva mifepristona no puede ser administrada o distribuida sin el adecuado control y supervisión médicos, debido a sus efectos secundarios. Párrafos clave de la sentencia en LifeNews.
La sentencia reconoce cómo la presión política del gobierno Biden para difundir el aborto consiguió relajar dichas medidas de precaución: las aprobaciones de medicamentos problemáticos no sólo suceden por la desinformación causada por los laboratorios. En este contexto, resulta irrisorio el argumento de la defensa: es "un asalto judicial sin precedentes contra un cuidadoso proceso regulatorio que ha servido al público durante décadas"; recogido por National Public Radio,
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