En tiempos tan ecológicos, para ser precisos, políticamente ecológicos, llama la atención la falta de ecología para el ser humano. Se criminalizan los pesticidas y queremos productos orgánicos, pero no se dice ni una palabra sobre la contaminación hormonal del cuerpo femenino y todo sacrificado para separar sexo y fertilidad. La píldora anticonceptiva se distribuye gratuitamente en clínicas y otros centros de salud públicos.
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