El año pasado se publicó en The Lancet un artículo extenso, elaborado por una comisión de la revista, sobre la medicina en la época nazi y el holocausto, con el objetivo, entre otros, de que sirviera para la docencia y evitar la repetición de tales desmanes. Es una descripción muy pormenorizada de lo sucedido.
Sin embargo, la lección ética que aporta se limita a subrayar que se debe evitar la discriminación hacia grupos sociales concretos (como los judíos en aquella época), y que se debe respetar la autonomía de los pacientes, como puede verse claramente en los subapartados de la "neo-eugenesia" y la eutanasia. Se esquiva todo acceso a esas acciones desde el punto de vista del bien y el mal. Pienso que esto es una manifestación clara de cómo la mentalidad ilustrada, que pretende que vale todo siempre que no impida a los demás llevar su vida a su manera, ha calado en la ética médica, de la mano de los principios estadounidenses de la bioética.