Es frecuente la aparición de escándalos en clínicas de fecundación in vitro, que descubren que un solo donante de semen ha servido para generar multitud de niños, de decenas a centenares. Es frecuente también que este hecho sea comentado como un riesgo de incesto oculto entre ellos.
Este tipo de comentario manifiesta un error de fondo: el incesto es una relación marital con una persona con la que hay un parentesco no conyugal, como la paterno-filial, o la fraternal. Y su prohibición intenta proteger la originalidad del amor conyugal.
Lo más que puede decirse en este contexto es que se da un peligro de consanguinidad si estos niños establecen relaciones de adultos. Es algo parecido a considerar padre de los niños nacidos por fecundación in vitro al donante de semen, que no es padre de ningún modo.
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