Me temo que estoy defraudando algo a las dos lectoras que todavía me siguen, porque he escrito últimamente algo sobre bioética, pero muy poco sobre libros. Y por fin va una entrada que es algo así como el paradigma de lo que pretende este blog: hablar de bioética y de libros. Agua de noria es eso: una magnífica obra literaria sobre problemas de bioética.
El autor es el impresentable José Jiménez Lozano.
Los que me conocen algo saben la razón: Jiménez Lozano es un escritor impresionante, que no necesita presentación. El libro está editado por RBA, de lectura fácil y con una variedad de registros que hacen de su lectura algo ágil y entretenido, pero con una profundidad que sobrecoge. Como telón de fondo aparece cuestiones de bioética de gran calado, como la experimentación con humanos, eugenesia y la falsa solución de la eutanasia. Yo diría que es un libro para lectores inteligentes. Que no se ofendan quienes declinen la invitación a leerlo.
Extraigo un párrafo, a modo de aperitivo: "Ya conoce las leyes nazis de eliminación de enfermos y subnormales, experimentación y eutanasia, y las leyes comunistas de liquidación de individuos y grupos. La ley es la filosofía y la ciencia encarnadas, y entonces obliga. Quizás estemos pronto ante una situación así. Yo creo que, ya andando un poco más desde donde estamos en este momento, hasta el incesto podría ser admitido como lo es el aborto. Según lo que oigo y leo, todo el asunto está en hacer pensable lo que hasta ahora impensable, y legal lo hasta ahora prohibido, porque todo debe poder hacerse y toda prohibición es autoritaria y machista, o de clase explotadora. Eso dicen. Es que no lo oye a diario?"
7 comentarios:
Te va a denunciar por plagio Juan Manuel de Prada. ;-)
No he leído el libro, pero respecto al texto, sólo decir que siempre se atribuye a los nazis y al comunismo la práctica eugenésica. Sin embargo, si bien éstos la llevaron a cabo, la eugenesia se aplicaba ya a principios de siglo en EEUU (con su gran promotora Margaret Sanger), el Gran Bretaña (donde Marie Stopes comenzó con sus abortorios para facilitar la eliminación de cualquiera que fuera susceptible de reproducirse en descendencia “no perfecta”: enfermos, pobres, razas consideradas inferiores), en Centoamérina (por influencia norteamericana). Lo que quiero decir es que Hitler era partidario de la eugenesia, pero también lo eran Darwin, Churchill, etc. Hoy ocurre lo mismo. Todavía en España hay quien cree que los abortistas son los “de izquierda”, cuando tenemos un partido mayoritario en la oposición que fomenta el aborto y la eugenesia exactamente igual.
Padecemos dos grandes problemas íntimamente asociados con el modelo político libeal partitocrático:
1- Materialismo salvaje. Sólo se legisla en función de intereses económicos y de la producción. Los hijos y los enfermos terminales son obstáculos para que la gente en edad productiva se vuelque en su trabajo al 100%, de modo que hay que arbitrar "procedimientos" para solucionar el problema.
2- En democracia, una vez que se ha "avanzado" en la consolidación de "derechos", ya es impensable dar marcha atrás debido al coste electoral que ello tendría. De este modo, "avances" como el matrimonio entre invertidos sexuales, la eutanasia a la carta o el aborto de plazos nunca podrán rectificarse una vez aprobados. Nadie se atreverá a hacerlo aunque tenga muchas ganas porque se perderían votos de un sector de la población. Y mucho menos con una oposición no católica como la del PP y sus Trillos y Gallardones.
Totalmente de acuerdo con el comentario de eligelavida, que te agradezco. Uno tiende a relacionar eugenesia con nazismo y eso es una burda simplificación. Pero insisto, si te gusta leer y tienes tiempo, no dejes de leer esta novela.
Y sólo puedo añadir que el comentario 1 de Al Neri pone el dedo en la llaga de lo que está pasando.
Cómo que solo te quedan dos lectoras!!!
Apunto el libro en mi lista de temas pendentes. Está en cola, detrás del libro que leo estos días y del que viene luego.
Un abrazo!!!
Saludos Albert.
Que tengas una Cuaresma llena de Gracia.
FOTELIAS.
Buen novelista a ratos, pero sobre todo sublime articulista.
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