Gran Bretaña corre el peligro de seguir los pasos de Holanda, por el camino de la eutanasia ilegal pero tolerada, según un experto legal de Londres. En un recient artículo, Jacqueline Laing declara que "es precisamente la falta de enjuiciamiento lo que condujo a los Países Bajos a un estado permisivo de la eutanasia hace décadas". Inevitablemente, esto llevó a su legalización. El australiano Dr. Philip Nitschke, activista pro-eutanasia ya ya sugerido que sus partidarios acudan a Inglaterra, para evitar los enjuiciamientos.
Como muy bien escribe mi amigo Pablo López, filósofo personalista y provida, para los eutanasistas, cuando la vida ya no es digna, cuando ya no hay calidad de vida, sólo queda un callejón sin salida: su peculiar muerte digna.
Esto es lo que ha pasado recientemente en Londres. Tom, de 22 años, sufría una lesión letalirreversible, pero podía comunicarse parpadeando y apretando la mano de su madre. Había mejorado, había esperanzas de cierta recuperación, pero su madre, Francis Inglis, de 57 años, concluyó que su hijo vivía en el infierno y decidió matarlo por amor. Le inyectó una sobredosis de heroína. Ahora este asesinato por compasión ha sido condenado por un jurado, y Francis Inglis psará al menos 9 años en prisión.
Hasta aquí los hechos. A partir de ahora, toda una orquestación mediática pondrá en danza toda su parafernalia para influir en la opinión pública. Y si no, al tiempo.
No olvidemos que la tática de los eutanasistas es similar a la de los abortistas: presentar un caso extremo, y apelar a los sentimientos de compasión de la gente.
1 comentario:
Fundar la eutanasia en un acto de amor para con el enfermo es una falacia, y muestra una crueldad infinita.
Nadie sabe la agonía que le tocará vivir para llegar por fin a la muerte. El temor al sufrimiento no justifica el asesinato o el suicidio.
Personalmente pienso que, enfrentar la agonía dignamente es sobrellevar los dolores y las horas de espera, desterrando los temores en la entrega absoluta del alma al Altísimo.
Es la gran prueba en la que deberemos esmerarnos. Debemos hacer nuestra última entrega de amor a los seres queridos, transmitiéndoles la esperanza y la fe en la vida y la resurrección.
Nuestra cobardía podría destrozar sus vidas, destruir su fe, dejándolos débiles y a expensas del temor y la oscuridad que todo lo confunde y pierde.
Publicar un comentario