EL BUDA BLANCO

Acabo de leer hoy un libro ciertamente extraño. Se trata de una sencilla, delicada y hermosa novela que cuenta la vida de una pequeña comunidad japonesa en la isla de Ono, al sur de Japón. El autor es Hitonari Tsuji, nacido en Tokio (1959) y afincado actualmente en Paris. El libro está editado por Alianza Literaria. El Buda blanco obtuvo en Francia en 1999 el prestigioso premio Femina a la mejor obra extranjera.

El protagonista es Minoru Eguchi, un emprendedor armero, asaltado continuamente por los grandes interrogantes sobre la existencia humana. Contemplación de la muerte. Reflexión sobre la vida. Búsqueda de la verdad. Y lleno de valores positivos: sentido trascendente y espiritual, amor a la familia, al trabajo, a la amistad, deseo de darse a los demás y de enfrentarse a la vida en medio de las más penosas dificultades.

Adjunto una cita, sobre lo que son los auténticos cuidados paliativos en el seno familiar: "De vez en cuando, Minoru limpiaba el cuerpo de su madre con un lienzo. Como parecía que la piel se fuera a desgarrar con la mínima presión, pasaba la toalla por sus miembros con la mayor precaución. Apenas le quedaba algo de piel sobre los huesos. Sin embargo, seguía con vida. Apenas respiraba, moviendo la boca como un pez. En su rostro surcado de arrugas, los ojos seguían animados y se movían sin cesar. Comía, evacuaba normalmente. Ahora necesitaba ayuda exterior para estas necesidades fundamentales, pero Minoru estaba encantado de verla seguir viviendo aunque ella sólo viviera anclada a su memoria. Como hijo, estaba dispuesto a prodigarle todos los cuidados necesario durante todo el tiempo que la muerte la dejara seguir en este mundo".