Un debate que se plantea en relación con el parto, es en que medida es ético utilizar la cesárea demasiadas veces, sin que sea por una necesidad clínica justificada. Entre 1970 y 1995 el uso de la cesárea ascendió en Estados Unidos desde 5 % al 21 % de los partos;; en 1998 llegó a 25 %;; entre 1992 y 1996 osciló alrededor del 21 % y en 2005 alcanzó el 30 %. Prácticamente uno de cada tres alumbramientos se realizó por cesárea.
Pero en otros países como Puerto Rico, Italia o Méjico estos índices llegan al 45 %. Desde un punto de vista ético se plantea si es el imperativo tecnológico lo que debe regular el uso de la cesárea, o este debería estar matizado por la autonomía de las pacientes o debería ser el criterio médico el último factor decisivo para determinar cuando un niño debe o no alumbrarse por cesárea. En uno de los últimos números del American Journal of Bioethics se reflexiona ampliamente sobre esta disyuntiva ética.
En mi opinión, el principio de autonomía de la paciente debería tenerse en cuenta, y mucho, en este interesante debate.
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