Un 34% de los jóvenes consumidores habituales de drogas consideran que el uso de estupefacientes no les ha causado ningún perjuicio, seguido de un 28,1% que aseguran que le ha traído problemas económicos y un 19,7% lo vinculan con conflictos familiares. Estas son algunas conclusiones de la investigación "Mismas drogas, distintos riesgos. Un
ensayo de "Tipología de jóvenes consumidores", presentada este viernes y
desarrollada por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas y la Obra Social Caja Madrid.
El informe también destaca que la combinación del abandono precoz de los estudios y estar en situación de desempleo agravan los riesgos del consumo de drogas. El estudio, que analiza los perfiles de consumidores
de droga habituales en función de sus actitudes y el riesgo que están
dispuestos a asumir, ha sido elaborado entre 750 personas de entre 18 y
25 años de Madrid, Valencia y Bilbao.
Aunque estas conclusiones puedan resultar llamativas, en el fondo no son muy extrañas. Encajan con la predisposición general de la experimentación, tan típica de la edad juvenil. La necesidad de hacer algo nuevo, diferente, de correr algún riesgo, porque si a alguien le perjudica el consumo de sustancias tóxicas, fijo que será a los demás, no a nosotros. Así algunos tienden a ver las drogas como un bien de consumo más, algo cotidiano de lo que no hay por qué prescindir. Me contaba recientemente Julio, biólogo como yo, profesor de un instituto de Castilla, que algunos de sus alumnos consumen tres porros diarios, antes de entrar en clase, en el recreo y al terminar la mañana.
A pesar de todo lo dicho, es alto el porcentaje (alrededor de uno de cada tres) de los que opinan que "usar drogas tiene demasiados riesgos" y "es preferible evitarlas".
En líneas generales, se puede afirmar que los consumidores de drogas integran un colectivo minoritario dentro del conjunto de los jóvenes españoles.
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