El país sudamericano de Paraguay está siendo presionado por la comunidad internacional, incluyendo la ONU, que explota una triste caso, para que permita el aborto.
Todos estamos de acuerdo con que la violación es un crimen horrible. Tal es el caso de la chica paraguaya de 10 años que fue violada por su padrastro y quedó embarazada. Lamentablemente, la comunidad internacional, incluyendo la ONU, está explotando esta situación, para ejercer presión sobre este país incondicionalmente Provida para que permita el aborto. En vez de prestar atención al violador, quien debe ser severamente castigado, el centro de su atención es someter a un castigo cruel e inusual a dos personas inocentes: la niña y su criatura por nacer.
Mientras los “expertos en derechos humanos” de la ONU exigen que se practique un aborto como “tratamiento para salvar la vida” de la niña, el Ministro de Salud de Paraguay, Antonio Barrios, insiste en que la chica está recibiendo atención médica pre-natal y apoyo psicológico de alta calidad. La menor, quien ya tiene más de cinco meses de embarazo, se encuentra en buen estado de salud y es capaz de dar a luz al término de la gestación.
Utilizar un medio violento no es una solución para esta joven madre ni tampoco para su criatura por nacer. Jamás la violación podrá tratarse con un acto de máxima violencia como constituye el aborto.
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