El novelista inglés Martin Amis, nacido en Oxford en 1949, predice que dentro de poco el Reino Unido padecerá una guerra civil entre jóvenes y viejos propiciada por el rápido envejecimiento de la población, una oleada de gente canosa que calificó de tsunami plateado. "Habrá una población de gente muy vieja demente, como una invasión de terribles inmigrantes, llenando de olor pestilente restaurantes, cafés y tiendas. Puedo imaginar una especie de guerra civil entre viejos y jóvenes dentro de diez o quince años. Debería haber una cabina en cada esquina donde lograr un martini legal para eliminar a los ancianos".
Parece extraído de una novela de ciencia ficción, ideal para las largas tardes de verano. Pero no. Resulta que es la opinión de un delirante Amis, que expresa sus alegatos a favor de la eutanasia en forma de cañonazos. Para reducir el riesgo de una invasión de ancianos dementes y apestosos, nada mejor que instalar cabinas en cada esquina donde la gente mayor pueda acuidir a tomarse un martini letal.
Lógicamente, sus apreciaciones han sido contestadas por grupos en contra de la eutanasia y por entidades relacionadas con la tercera edad. Suponen una trivialización de la vida de aquellos que se consideran poco valiosos. Parece olvidar el autor que siempre hemos sido dependientes unos de otros; esa dependencia debe ser aceptada y no puede considerarse humillante.
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