En este blog, hemos denunciado en varias ocasiones el mal uso del diagnóstico prenatal que habitualmente se hace en los Servicios de salud. Pero al mismo tiempo, hemos de reconocer el derecho que tienen los padres a determinadas pruebas diagnósticas. De ahí, el buen hacer del ginecólogo que deberá esforzarse para, sin sustraer prueba alguna, orientar y aconsejar debidamente a los padres que acuden a su consulta.
Lo que nunca puede admitirse es que los cribados cromosómicos se conviertan en auténticos caladeros donde se ceban los centros abortistas. En el fondo, podrían ser focos de eugenesia encubierta, donde a fetos que presumiblemente pudieran padecer de síndrome de Down se les niega la vida. Por una parte, sabemos que esos diagnósticos nunca son seguros. Pero aunque lo fuesen, ninguno de nosotros tiene el derecho a juzgar sobre la calidad de da de ninguna persona humana.
Por eso, no podemos por menos que aplaudir la denuncia por genocidio contra la Junta de Andalucía y el Reino de España, presentada por Juan Manuel Molina ante el Fiscal General de Andalucía.
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