De las dos clínicas citadas, sólo Dignitas ayuda a morir a extranjeros. El Tribunal Federal suizo ha dictaminado que una persona tiene derecho a poner fin a su vida, siempre y cuando se encuentre sano de mente.
A mí personalmente me parece que el europeo medio lo que necesita no es una inyección de cianuro en vena sino una sobredosis de optimismo y esperanza, para combatir la soledad y la angustia.
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