La dictadura del relativismo se ha cobrado una nueva víctima en la persona de Robert Haya, 43 años, en Gran Bretaña. Este profesor de Ciencias ha perdido su apelación ante el Tribunal Superior de Londres, ante el que recurría su despido como docente en el colegio inglés Deptford Green School. Le ha sido prohibido ejercer la enseñanza por expresar sus creencias sobre ética sexual en clase después de que, a preguntas de sus alumnos de 11 años, expusiera su consideración de que la actividad homosexual es un "pecado". Uno de los menores comentó el hecho, un profesor asistente se quejó a la gerencia denunciando al maestro por "homofobia", después vino una campaña en ataques en Facebook, la leña añadida por la prensa británica alineada con el lobby gay..., hasta llegar a este punto en los tribunales.
Desde el primer momento se impuso el despido a Haya por parte de la Agencia de la Enseñanza, que le imposibilitó además impartir cualquier actividad docente de forma indefinida. La pena fue confirmada por el ministro británico de Educación, Michael Gove. El jefe de la Agencia de Educación, Alan Meyrick, reconoció se dirigió a Haya en a audiencia señalándole: "compartir las opiniones con los estudiantes es responsable y no inapropiado. Usted tiene fuertes y sinceras creencias que no son fundamentalmente incompatibles con la enseñanza. Sin embargo, la expresión de estas opiniones, de esta manera, simplemente no resulta apropiado para un profesor que trabaja en el sistema de educación de Inglés que reúne a jóvenes de todas las orientaciones sexuales, clases sociales y credos". Una posición que ejemplifica la instalación en las escuelas y en el poder de lo que Benedicto XVI definió como dictadura del relativismo.
El alto tribunal se afrentó por primera vez a un caso de este tipo y, lejos de amparar al maestro, incidió en que su respuesta a los alumnos fue "inadecuada" y le presentó culpable de una conducta profesional inaceptable. El juez King señaló al comunicar la sentencia que la escuela donde Robert había enseñado requiere a los profesores el "proporcionar información positiva sobre la homosexualidad" para "permitir a los estudiantes a superar estereotipos y prejuicios negativos."
Robert Haya, Adventista del Séptimo Día, en paro y que carga con 4.200 libras en gastos legales, denunció que la decisión probablemente supondrá el fin de su carrera docente en el Reino Unido, ya no estaba dispuesto a renunciar a sus creencias: "No voy a renegar de mis creencias. Dios es lo primero", declaró. "Los cristianos están siendo perseguidos en este país por creer en la Biblia. Eso no puede ser. Tenemos derecho a pensar y expresar lo que creemos, pero la gente tienen miedo de ser castigada por no mostrarse acorde con lo políticamente correcto, añadió. "Este país se muestra como una sociedad libre y democrática, pero ¿lo es realmente?", planteó.
Dar una idea positiva de la homosexualidad parece ser un valor británico, que no puede cuestionarse en absoluto. La terrible paradoja de todo esto es que el despido se haga en nombre de la tolerancia, que no permite a un profesor expresar sus ideas en público, cuando es preguntado en clase por sus alumnos.
Welcome everybody
If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
I can't promise you won't still be hungry and thirsty, but we can have some fun times together and it will give you something to remember. Then tomorrow and beyond, you can reflect on what it is like to have a joyful day that in turn leads to a joyful heart.
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