“Buscamos una niñera para Linda, una preciosa niñita de
cinco años, hermosa, sensible, creativa, inteligente y expresiva”. Así rezaba
un anuncio publicado en un periódico de Estados Unidos en el que unos padres
buscaban una niñera para cuidar de su hija. Sin ningún pudor, los padres
consideraban a su hija como una niña especial, distinta, exclusiva, como les
sucede a tantos padres de hoy, que también están obsesionados con la educación
y formación de sus hijos.
Gregorio Luri (Pamplona, 1955), docente, experto en
formación familiar, doctor en Filosofía, analiza en Mejor educados esta
actitud de muchos padres actuales que quieren ser novedosos en sus métodos
pedagógicos, que ponen en los hijos unas desproporcionadas expectativas que
luego resulta muy complicado que se hagan realidad. Luri quiere rebajar así las graves responsabilidades a las
que se someten los padres actuales, por lo que les propone admitir los fallos,
actitud que deben también transmitir a sus hijos, pues no todos son unos genios
ni unos dechados de excelencia.
Saber poner reglas
El primer capítulo lo dedica a la importancia
de la disciplina en la educación de los hijos. “No hay nada más inteligente que
ser disciplinados”. Para conseguir esto no hace falta, en el ámbito familiar,
poner mil reglas, “sino pocas y suficientemente claras para no tener que estar
continuamente discutiéndolas”. Luri reflexiona con claridad sobre los castigos,
las medidas disciplinarias y los excesos. “Cuando los padres no ponen las
normas, los hijos tienen que descubrirlas”.
Transparencia en la
escuela
Tras la disciplina, aborda el papel de la escuela y de los
profesores. Para Luri, no existe la escuela perfecta, pero sí existen unos
parámetros que todas deberían más o menos cumplir para conseguir lo mejor de
los alumnos. Luri defiende la necesidad de la transparencia para que los padres
conozcan con datos fiables la calidad educativa de los centros. Además,
desconfía de los docentes que se han convertido en profetas de la “psicología
positiva”: “cada vez que oigo a un maestro defender que su trabajo no es
transmitir conocimientos, sino hacer felices a sus alumnos, me compadezco de
estos. Tienen muchas posibilidades de salir de la escuela infelices e
incultos”.
Luri habla del rol de los padres y de la importancia de los
valores; también de la influencia de la televisión, las pantallas, Internet,
las redes sociales: “una familia no es un grupo de personas reunidas en torno a
un televisor”. Ironiza sobre los padres hiperprotectores, los que consideran
que su hijo es un genio incomprendido y los preocupados por apuntar a los hijos
al mayor número posible de actividades extraescolares: “no hay arte marcial
–escribe–, por extraño que sea, que no lo practique un grupo de niños
españoles”. Defiende la importancia de la lectura, del silencio, del
aburrimiento y de la amistad, como antídotos de algunos abusos modernos. Sobre
la educación diferenciada aporta unos datos que demuestran a las claras cómo
hoy día esta educación contribuye a mejorar los resultados, especialmente de
los chicos.
Luri derrocha sentido común, y advierte del valor del ejemplo. Eso es lo que más educa. Mejor educados es, pues, un
libro de mucho interés para padres, profesores y todas aquellas personas vinculadas
a la educación. Proporciona ideas para buenos debates y muchos temas de
conversación. Todo esto está sacado de un artículo de Aceprensa.
Si habéis leído hasta aquí, os merecéis este vídeo. Es fabuloso, no te lo pierdas. Vídeo de precepto.
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