El diario El País recoge en la contraportada de ayer, 3 de noviembre, la pesadilla de fundar una familia. Lamenta cómo el Estado francés niega la nacionalidad a los hijos nacidos por subrogación. Para ello, recoge el caso de Rafael y Pierre, un pseudomatrimonio homosexual que hace 5 años recurrieron al sistema de maternidad subrogada (vientre de alquiler) para cumplir su sueño: formar una familia con hijos. Y lo consiguieron. Gracias a las técnicas de fecundación in vitro y a las leyes de California. Ahora tienen a Isabel y Héctor con ellos, son medio hijos suyos. Porque la naturaleza no da más de sí.
Se lamentan porque a Rafael, (que es como una madre, pero sintética) algunas madres le hacen el vacío en el colegio a medida que conocen su historia. Y están pensando en que la mejor solución sería venirse a España, que aquí vale todo, y sería su tabla de salvación. Sus medio hijos tendrían todos los derechos y serían felices.
Ni una palabra de la dignidad de la mujer, de la primera mujer que fue una donante de óvulos, ni de la segunda mujer que interviene en el proceso: una mujer californiana, que se prestó a la gestación. Por supuesto, que sus medio padres rechazan la expresión vientre de alquiler, porque suena fatal. Es mucho más políticamente correcto: nacidos por subrogación. Ni una palabra sobre el derecho a los hijos a conocer a sus padres de verdad. La donante de óvulos permanecerá toda la vida en el anonimato más anónimo. Y la gestante puso su útero a disposición de unos amigos, como si tal cosa.
Ni una palabra de una carta abierta al presidente de la República, François Hollande, para exigirle que no admita la llamada púdicamente “GPA”, generación por otro. Entre los firmantes, figuras tan conocidas como Jacques Delors, Lionel Jospin y varios antiguos ministros o secretarios de estado. Firma también una feminista famosa, como la filósofa Sylviane Agacinski. Y, por si hiciera falta, se adhieren grupos tan diversos como la coordinadora de asociaciones para el derecho al aborto y la contracepción, o alguna entidad de lesbianas. En ese documento, afirman netamente que “el contrato de subrogación es contrario al principio de respeto a las personas, tanto de la mujer que lleva al niño, como del propio hijo, encargado por una o dos personas, que se desarrolla en el vientre de la mujer portadora. Los seres humanos no son cosas".
Welcome everybody
If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
I can't promise you won't still be hungry and thirsty, but we can have some fun times together and it will give you something to remember. Then tomorrow and beyond, you can reflect on what it is like to have a joyful day that in turn leads to a joyful heart.
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