Welcome everybody
If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
I can't promise you won't still be hungry and thirsty, but we can have some fun times together and it will give you something to remember. Then tomorrow and beyond, you can reflect on what it is like to have a joyful day that in turn leads to a joyful heart.
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domingo, 15 de marzo de 2009
"MATADLO, PERO SIN RUIDO. TENGO INVITADOS"
La sangre del cordón umbilical de Javier Mariscal ha servido para que su hermano Andrés sea tratado de su enfermedad. Felicidades, Javier. Felicidades a sus padres, que estarán contentos. Y al mismo tiempo, lamentamos la muerte de los otros 16 hermanos, que se han quedado en el intento. Hay en todo esto una lógica que me aterra: una ética utilitarista que pasa por alto el detalle de los 16 embriones muertos porque no eran idóneos para el transplante de su cordón umbilical.
En Gran Bretaña, hace dos meses, un centro de la Universidad de Cambridge planteó la posibilidad de detectar en bebés no nacidos el riesgo de sufrir autismo. Los investigadores
encontraron una relación entre un alto nivel de testosterona en el líquido amniótico de las mujeres embarazadas y rasgos autistas. "¿Qué perderíamos si los niños con desordenes autistas fueran elimindos?" preguntaba el director del equipo de investigación. Me parece muy interesante el relato de Charlotte Moore, madre de dos hijos autistas, que reconoce la carga que supone un hijo autista, y también expresaba su miedo de que muchas madres abortasen tales niños si las pruebas estuvieran disponibles, como actualmente ocurre con los niños con síndrome de Down. Ella, sin embargo, no consideraría abortar un niño autista: "Nuestra vida familiar es tan rica y tan llena de significado como cualquier otra, las vidas de mis hijos no son trágicas, ni tampoco la mía. Una sociedad que busca eliminar todas las variables que hacen de la vida humana algo fascinantemente complejo no es una sociedad en la que yo quiera vivir".
Hace unas semanas, una clínica de fertilidad de Los Angeles ofrecía a los futuros padres la posibilidad de elegir el sexo de su bebé o algunos de sus rasgos físicos, como el color del pelo o de los ojos. El nuevo negocio cuenta ya con media docena de peticiones, según The Wall Street Journal. Para obtener el niño a la carta, la clínica se basaría en el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), que consiste en la selección de embriones. Hasta ahora, se había aplicado para seleccionar embriones que no tenían enfermedades hereditarias. Ahora se aplica la misma técnica también para los gustos estéticos.
Tan ilícito es el hecho de que un niño, que presenta o que podría presentar defectos, sea eliminado por eugenesia negativa, como hacer una selección que obedezca a los deseos de sus padres. Es poner una ciencia no al servicio del bien, sino de los deseos de quienes compran sus caprichos, siempre quienes pagan el pato son los niños. Hasta ahora, se relacionaba la eugenesica con las ansías de manipulación de regímenes totalitarios, como el nazismo. Pero estos intereses ya no obedecen a un régimen de carácter político, sino a los domésticos deseos de quienes tienen dinero y caprichos para jugar con la vida de los demás.
El diagnóstico prenatal mal enfocado va sembrando el miedo sobre la destrucción de vida humana no nacida. Síndrome de Down, autismo, sexo no querido, pruebas para detectar problemas genéticos o de paternidad, todo podría servir para abortar bebés que presumiblemente pueden sufrir cualquier tipo de incapacidad. No está de más recordar que preocupaciones de eugenesia o de salud pública no deben justificar ningún homicidio, por muy legal que pueda parecer a algunos.
Mientras que la opinión pública se opone cada vez más a la pena de muerte para los criminales culpables, sanciona la muerte para el inocente no nacido. Deberíamos evitar el riesgo de un difundido reduccionismo genético, que identifica a la persona exclusivamente con su información genética. Toda vida humana tiene la misma dignidad y debe ser respetada. Como recordaba recientemente Benedicto XVI, "La fe en la ciencia no puede nunca hacer olvidar el primado de la ética cuando está en juego la vida humana".
Al considerar la felicidad de la familia Mariscal, y esa nueva mentalidad eugenética que se va abriendo paso recuerdo el comentario del malo de la película:
"Matadlo, pero sin ruido. Tengo invitados". No dejéis de entrar en el blog de Jesús. El sí que cuenta bien las películas y todo lo demás.
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4 comentarios:
En el caso español, los “médicos” han pensado que se puede, es más, se debe sacrificar todo lo que haga falta, con tal de obtener un bien, en este cado, el donante idóneo. Es la peligrosa teoría de que el fin justifica los medios.
No sé como será en España pero, hace un par de días, me sorprendí de saber que en Chile, mi país, el aborto se considera un crimen porque así está establecido en la ley, pero que, de ninguna manera sería un asesinato ya que el feto no es persona o, en otras palabras, no es ciudadano, por lo cual no tiene los derechos que la ley chilena otorga a todos sus ciudadanos. ¡Plop!
Esto es un buen comienzo para, eventualmente, despenalizar el aborto en mi país.
No puedo etar más en desacuerdo pero quisiera saber cómo se trata este tema en otros países, ,para saber si hay algo que se pueda hacer.
El problema es qué como se va a luchar contra esto. Cómo se va a poder concienciar a la gente de que los embriones son personas con derecho a la vida, si se están matando niños perfectamente formados porque no se les considera personas...
Todo da igual, porqué tener un hijo feo, retrasado, malformado...si podemos evitarlo eligiendo al hijo perfecto.
Vivimos en un mundo tan egoísta y superficial, que tiramos a la basura a bebés porque de mayores no van a medir 1.76 ni van a tener los ojos verdes...
Efectivamente, buscan matar sin ruido. Que no chillen. Que no salpiquen. Y además pretenden movernos el corazón -paradógicamente- para que nos sensibilicemos con escenas como la de ese niño enfermo, su hermanito salvador y sus felices padres que, probablemente, sean los que menos culpa tengan por falta de formación y mucha manipulación. Algo se está muriendo y pudriendo a la vez en esta sociedad, Albert, como no la sacudamos y la hagamos reaccionar.
Un abrazo.
Alexander Farnese, el de los Tercios Viejos.
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