El estudio realizado por un equipo encabezado por Halperin, conocido científico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, acaba de ser publicado en PLOS Medicine en el mes de febrero. La experiencia pone de manifiesto la importancia de los cambios de conducta sexual para combatir la pandemia de sida. En este intervalo de tiempo (1997-2007), aunque el uso de preservativos no ha aumentado, sí que ha habido una reducción del 30% en la proporción de hombres con relaciones extramatrimoniales.
Coincide este estudio con la aprobación de la Recomendación 1959 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa que habla de Promover una educación sexual integral de la salud, incluida la abstinencia, para prevenir la propagación de enfermedades de transmisión sexual.
Pero no sólo es la experiencia de Zimbabue o la Recomendación de Europa, también la Administración de Estados Unidos en la Estrategia Nacional de lucha contra el sida, realiza la siguiente declaración:
“Los siguientes son instrumentos biomédicos y conductuales científicamente probados que reducen la probabilidad de transmisión del SIDA: - Abstinencia de sexo y de drogas: Abstenerse de actividad sexual y uso de sustancias reduce el riesgo de infección por SIDA. En casos en que esto no sea posible, limitar el número de parejas y tomar otras medidas puede reducir el riesgo de adquirir el SIDA”.
Mientras en España la edad en la que nuestros jóvenes se inician en el sexo no hace más que descender. Según la Encuesta nacional de salud sexual realizada por el CIS en noviembre de 2008, uno de cada tres jóvenes españoles se inicia antes de los 16 años, uno de cada ocho antes de los 14, y uno de cada veinticinco varones antes de los 12. Parece llegado el momento de dejar las ideologías baratas y seguir el camino que marca la evidencia científica.
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