Determinar si un paciente está realmente muerto para poder extraer un órgano con la finalidad de ser donado para trasplante, sigue siendo un problema médico y ético importante. Dick Teresi ha publicado un libro titulado The undead, en el que aborda este tema. Se pregunta Teresi “¿Cuándo una persona está realmente muerta?” Pregunta que puede tener diversas respuestas, que pueden tener amplias implicaciones en la actividad profesional médica e incluso en el negocio del tráfico de órganos, que significa ahora más de 20.000 millones de dólares en los Estados Unidos.
Ante la pregunta de quien está realmente vivo o muerto, Teresi asume que es la ciencia la que debe proporcionar la respuesta. Sin embargo, también afirma que una mala ciencia se ha utilizado para oscurecer la distinción entre vida y muerte, mientras que una buena ciencia parece demostrar que la vida es más persistente en los seres humanos de lo que nosotros imaginamos, y que ello puede ser ser ignorado por quienes se mueven alrededor del negocio de definir la muerte humana; pues por otro lado, los criterios para determinarla han cambiado varias veces en las últimas décadas e incluso ahora pueden variar de una jurisdicción a otra, aunque la muerte cerebral está siendo la medida de muerte de una persona humana cada vez más utilizada.
Pero además, la lista de circunstancias en las que se pude enmascarar la muerte de un paciente, se puede enmascarar la muerte de un paciente, según Teresi, se hace cada vez mayor, especialmente en las intoxicaciones por drogas y en las situaciones de hipotermia, en las que se puede establecer la existencia de muerte cerebral sin ser realmente así. Comenta Teresi, que individuos en estas circunstancias pueden orinar, sufrir ataques cardíacos, desarrollar úlceras de decúbito, sentir dolor e incluso en caso de mujeres poder tener hijos.
Realmente ellos están casi muertos, pero no totalmente muertos. Son cadáveres a los que les late el corazón. En este sentido se puede decir que hay una zona gris entre la vida y la muerte irreversible, que se puede dar en muchas circunstancias y que estos individuos no totalmente muertos pueden ser potenciales donantes de órganos para trasplante, aunque para justificar éticamente estas donaciones, se ha afirmado que aunque el paciente no esté realmente muerto, el que pueda donar sus órganos significaría incluso un acto heroico que podría beneficiar a otras personas. Pero a juicio de Teresi, nadie puede hablar en nombre de esos potenciales donantes, casi muertos. El libro se titula, The Undead, by Dick Teresi.
Welcome everybody
If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
I can't promise you won't still be hungry and thirsty, but we can have some fun times together and it will give you something to remember. Then tomorrow and beyond, you can reflect on what it is like to have a joyful day that in turn leads to a joyful heart.
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viernes, 14 de septiembre de 2012
CUÁNDO UN INDIVIDUO ESTÁ REALMENTE MUERTO?
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