El Tribunal Constitucional de España se ha pronunciado a favor del llamado matrimonio gay. Algunos se alegran con esta noticia, a otras les parece un ataque frontal al matrimonio. Por qué?
Matrimonio es el nombre que la humanidad ha puesto a una realidad
natural de nuestra especie: los humanos somos hombres y mujeres y de la
unión de los unos con las otras surge la vida. De la unión homosexual puede salir afecto, cariño, goce, emoción, disfrute, incluso algunos conseguirán una cierta felicidad, pero de ahí nunca surgirá la vida.
Seamos claros, para que nazca
un niño hace falta un óvulo y un espermatozoide, un chico y una chica. Y
esto no es un invento cristiano ni un precepto moral; la especie humana
es así. Esto no son cosas de los curas, que nos lo dicen para enranciarnos un poco más. Es biología, pura y dura. No sólo la especie humana, la inmensa mayoría de los metazoos funcionamos de esta forma. La fecundación, la reproducción sexual, la recombinación de los genes en la meioisis es así. Aunque luego el Tribunal Constitucional parezca ignorarlo.
Por supuesto que muchas parejas de homosexuales seguirán enamoradas, viviendo en un pacto de alegre y sana armonía, y que lo disfruten por mucho tiempo. Respetemos su derecho a vivir la vida como les apetezca. Pero no confundamos las cosas. No tergiversemos la realidad, es hora de que pongamos las cosas en su sitio y llamemos a las cosas por su nombre.
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