Ante la escasez de órganos para trasplantes, un tema debatido es si podría contribuir a solucionar el problema remunerando a los donantes. En el Journal of Medical Ethics (38; 451-452, 2012) se publica un interesante artículo en el que los autores se decantan por la remuneración, apoyando su tesis en cinco razones: favorecer la política de bienestar social, promover la autonomía personal, así como la justicia, tanto personal como distributiva, e igualmente el derecho a la propiedad individual.
No sé lo que opinaran ustedes. Pero no estoy muy de acuerdo con la opinión de esos autores, aunque la expongan en una revista científica, y lo apoyen con cinco razones. Me remito a la palabra donante. Entiendo que es aquel que realiza un acto desinteresado. Sino, diría Vendedores de órganos, pero sí se dice donante es porque los dan, de gratis. Digo yo.
Para que la extirpación de órganos sea ética hay que tener necesariamente un consentimiento informado y libre por parte del donante (no del vendedor) o de la familia. El donante tiene que hacer en vida un don de su cuerpo, absolutamente gratuito, para salvar generosamente otra vida humana. Sola la donación puede legitimar la extirpación.
Si esos criterios son válidos en caso de donación de órganos de fallecidos, por qué no vamos a seguirlos en el caso de donación de órganos de personas vivas?
Welcome everybody
If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
I can't promise you won't still be hungry and thirsty, but we can have some fun times together and it will give you something to remember. Then tomorrow and beyond, you can reflect on what it is like to have a joyful day that in turn leads to a joyful heart.
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viernes, 30 de noviembre de 2012
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