Poco tiempo después, un pequeño grupo de cinco mujeres concebidas como producto de una violación grabó un pequeño vídeo de cinco minutos en apoyo a Mourdock explicando lo agradecidas que están por la elección de no abortar de sus madres. El vídeo está en inglés, dejo a continuación el resumen de los testimonios personales.
Wendy, que actualmente reside en Indianápolis, cuenta en el vídeo que su madre biológica fue violentamente violada cuando tenía 19 años y era estudiante universitaria. Aunque decidió no abortar, prefirió dar a Wendy en adopción. Años después, Wendy buscó incansablemente a su madre para conocerla. «Nunca olvidaré la primera vez que mi madre biológica vio a sus nietos, mis cuatro hijos, por primera vez», recuerda Wendy. «Ni tampoco cuando se volvió hacia mí con los ojos llenos de lágrimas y, con toda su emoción me dijo: Valió la pena». Su madre le contó que el aborto nunca había sido una opción para ella, porque Dios tenía un plan para ella, su nueva hija. «Se lo agradezco, agradezco su coraje y su sacrificio al tenerme y darme la vida». Wendy concluye: «La vida es valiosa, mi vida es valiosa, su vida es valiosa, y su sacrificio también fue valioso».
La madre de Mónica también fue violada cuando tenía apenas 17 años. «Mi vida tuvo un comienzo muy triste, pero un final feliz también», comienza. En aquellos tiempos, en 1972, en el Estado en el que vivía su madre el aborto era todavía ilegal, así que la vida de Mónica estaba protegida. Cinco años después, la madre de Mónica sufrió un cáncer de útero que le impediría volver a tener más hijos: «Las dos estamos felices de tenernos la una a la otra. Quiero agradecer personalmente a Richard Mourdock el defenderme a mí y a mi vida, y por recordarnos a todos que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros».
En el vídeo Rebeca relata cómo su madre fue secuestrada a punta de cuchillo por un violador en serie, después de lo cual ella quedó embarazada. «Ella en realidad acudió a dos abortistas clandestinos y casi me abortó», dice. «De hecho, me habría abortado si hubiera sido legal». Agradece sinceramente a los legisladores pro-vida que defendieran su vida en aquel momento. «Debo mi vida a lo que estos legisladores hicieron por mí, porque reconocieron que mi vida debía ser salvada y protegida, incluso siendo un caso de violación.
La historia de Sherie. «Yo fui concebida durante una violación. Soy una de esos bebés», comienza su historia. Sherie fue abandonada por su madre biológica y, cuando ya era adulta, volvió a tomar contacto con ella. Fue en ese momento cuando se enteró de su verdadera historia. «Fue muy, muy doloroso», reconoce. «Pero yo supe que Dios Padre era el Creador de mi vida, Él me escogió, Él me ama, y yo no soy un error [...] así que yo personalmente apoyo la causa de Richard Mourdock por la vida», concluye.
La última historia es ...la de la propia presentadora. «Mi madre tenía 15 años cuando se quedó embarazada tras una violación, y escogió darme en adopción a una fabulosa familia. Aunque mi padre biológico es un violador, yo sigo siendo un ser humano y tengo un valor, y no creo que merezca la pena de muerte por el crímen que cometió mi padre biológico», concluye.
La violación es un delito por el que debería castigarse al infractor, pero nunca a ninguna de las dos víctimas. Si el derecho a la vida es universal, quiere decir que no admite excepción. Toda vida tiene valor: la de la mujer violada y la del bebé. Y la del violador? También, pero en su sitio.
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