Los ataques en Europa contra la cultura de la vida se extienden al resto
del mundo cada vez con más rapidez. Belgica aprobó una medida
especialmente permisiva con la eutanasia y ahora Quebec, la región
francófona de Canadá, quiere imitarla. Esa consideración del asesinato
como tratamiento médico transforma la función del profesional: "de curar
a matar". La Euthanasia Prevent Coalition, junto con el Quebec Medical
College, se ha opuesto radicalmente, amparada en datos que suscriben que
en un tercio de los casos no hay consentimiento explícito del paciente y
que los enfermeros no informan de casi la mitad de las 'muertes
asistidas'. Tres razones arguyen: la contraposición con las leyes
federales, la oposición de los sanitarios y los abusos producidos en el
modelo belga.
En estos días de invierno, no es infrecuente ver laderas cubiertas por la nieve. La imagen de la pendiente resbaladiza es muy adecuada para referirse a lo que sucede cuando una sociedad permite la etuanasia: es prácticamente imposible controlar.
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