Ya a finales de los 70, había tenido noticias de una publicación denominada La Crónica, que informaba de la persecución comunista en Lituana. Conocí algunos ejemplares en español, otros en inglés, incluso alguno en lituano. Me quedé impactado, porque se trataba de algo que ocurría en esos años, y que era totalmente desconocido para mí.
Ahora, he tenido la oportunidad de leer El baile tras la tormenta una sucesión de relatos de disidentes. Epopeyas heroicas sería su
resumen exacto. Porque en el mundo desquiciado del pasado comunismo
soviético, durante las décadas centrales del siglo XX, la disidencia
solía pagarse con la deportación, la cárcel, la tortura y la muerte. Así
lo corroboran innumerables testimonios, desde el Nobel Solzhenitsin
hasta la feminista Goricheva.
Si
no se ha vivido en ese infierno es difícil creerlo, incluso imaginarlo.
Pero fue real, abrumadoramente real. Sin embargo, esa moneda tiene otra
cara: en medio de esos años tenebrosos brillan las vidas de quienes no
estuvieron dispuestos a dar la espalda a Cristo, hombres y mujeres de
toda edad y condición. Si muchos ya descansan en paz, otros han vivido
para contarlo al periodista José Miguel Cejas,
que recopila con notable acierto. Historias duras y hermosas, como los
años de cárcel del joven sacerdote jesuita Sigitas Tamkevicius, actual
obispo de Kaunas (Lituania).
Por estas páginas se asoman finlandeses, lituanos, estonios, letones,
rusos y escandinavos. Hombres y mujeres de los ambientes culturales y
sociológicos más diversos: músicos, pintores, reporteros de guerra,
sacerdotes, médicos, actores de teatro, cantantes de rock, profesores de
Universidad.
A pesar de la dureza del relato, el tono es esperanzador y positivo. Compensa leerlo.
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