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If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
I can't promise you won't still be hungry and thirsty, but we can have some fun times together and it will give you something to remember.
Then tomorrow and beyond, you can reflect on what it is like to have a joyful day that in turn leads to a joyful heart.

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domingo, 25 de enero de 2015

TURISMO SUICIDA

Tras enterarse de que tenía un tumor cerebral agresivo y desatar una polémica nacional sobre la muerte digna, Brittany Maynard se mudó a Oregón, el primero de los cuatro estados de Estados Unidos que legalizó el suicidio asistido. Rodeada de sus seres queridos, la mujer, de 29 años, cuya juventud y belleza se habían convertido en estandarte de los defensores de la eutanasia, tomó el pasado 1 de noviembre un medicamento letal recetado por un médico de Oregón.

La regulación estadounidense es algo más estricta que la de algunos países europeos, por lo que  algunos estadounidenses prefieren viajar a Suiza, donde es fácil morir a las pocas horas de llegar. Los expertos matizan entre el suicidio asistido, en el que un paciente toma una dosis letal prescrita previamente (pentobarbital sódico, en muchos casos), y la eutanasia, legal en Bélgica, Holanda y Luxemburgo, por la que un médico administra el fármaco letal.

Según un estudio del Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Zúrich, publicado este verano en Journal of Medical Ethics, 611 extranjeros viajaron a Suiza entre 2008 y 2012 para quitarse la vida. Estos turistas suicidas llegaron de 31 países, la mayor parte de Alemania y Reino Unido, y el 58  por ciento eran mujeres. Renée-Marie Stephano, presidente de la Asociación de Turismo Médico, dice en el último número de Medical Tourism Magazine, que, a diferencia del habitual turismo médico el turismo suicida plantea serias cuestiones éticas y legales. “El número de pacientes que viajan al extranjero para acabar con su vida ha crecido dramáticamente”, añade. “En algunos casos, las razones alegadas son no sólo enfermedades terminales, sino condiciones que tradicionalmente se consideran manejables”. La patología neurológica, que por lo general no se considera terminal, representó el 47 por ciento de los suicidios asistidos en Suiza durante ese periodo de cuatro años. Y enfermedades del tejido conectivo, como la artritis y la osteoporosis, constituían el 25 por ciento de los casos.  “El envejecimiento poblacional y el consiguiente aumento de enfermedades neurológicas ha agudizado un tema muy delicado”, explica Stephano. “Pero tenemos que abordar el verdadero problema: la  necesidad de atención médica para el dolor, los síntomas y el estrés causado por estas condiciones y, al mismo tiempo, la mejora en la calidad de vida del paciente” (José Ramón Zárate. Diario Médico17/23-XI-2014).

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