Este sábado 23 de mayo el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, beatificará en la Plaza del Salvador del Mundo de San Salvador al que fuera arzobispo de la diócesis, Óscar Arnulfo Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980 cuando tenía 62 años y había alcanzado celebridad mundial con sus denuncias contra el régimen salvadoreño.
Con ese motivo, el historiador y periodista Santiago Mata ha escrito una importante biografía de monseñor Romero: Monseñor Óscar Romero. Pasión por la Iglesia (Palabra), una extensa y amena obra que explica a la perfección las complejidades del personaje y de la situación social y política en la que le tocó vivir y morir. Monseñor Romero será beatificado como mártir.
Entre muchas otras cosas, cuenta la relación que mantuvo con el Opus Dei: "Desde fines de los años 50, cuando los primeros sacerdotes
del Opus Dei llegaron a El Salvador y comenzaron a viajar a la ciudad donde
Romero vivía (San Miguel), él participó en los retiros que ofrecían para la
formación sacerdotal. Y así continuó hasta el día de su muerte, cuando asistió
por la mañana a una reunión con sacerdotes para comentar un documento de Juan
Pablo II. A San Josemaría pudo conocerlo en 1970, y como muestra de
aprecio, cuando el fundador del Opus Dei murió en 1975, Romero escribió una
carta a Pablo VI pidiendo que se abriera su proceso de beatificación".
Posiblemente, se trata de uno de los santos más tergiversado y manipulado de la historia de la Iglesia. Para algunos, infectado por la teología de la liberación, para otros,mártir por defender sus ideas políticas. Pero la realidad se impone: un hombre que ha dado ejemplo de vida y al que podemos acudir en nuestras oraciones.
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