Ante el drama del aborto, hay soluciones. Lo fácil es quejarse. Lo difícil es aportar soluciones. Mucha gente que protesta, pero pocos que aportan, eso sí aportan cantidad.
Prueba de ello, es la casa cuna de la hermana Josefa que acoge a más de
25 chicas y sus hijos para darles una segunda oportunidad. Más de 600 mujeres han sido atendidas en esa casa. La hermana Josefa, una de las monjas de Mater Amabilis, cuenta que las más mayores no superan los treinta años”. Algunas de ellas se plantearon abortar, porque su situación económica
era desesperada y carecían de apoyos, pero… Ahora ven a los hijos que
han tenido y … “te miran con ojos de arrepentimiento y de dolor sólo por
el hecho de haberlo pensado” explica Tamara. Y añade, “creían que no tenían futuro, que su vida era un callejón
sin salida” y ahora “algunas están aprendiendo a escribir, y a adquirir
una cultura general para poder ayudar a sus hijos”.
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