No, no voy a escribir sobre previsiones meteorológicas, que ya hay muchas y buenas páginas al respecto. Se ha hablado mucho del calentamiento global, pero muy pocos comentan de algo mucho más inminente: el inverno demográfico.
Hoy me comentaba desde Gran Bretaña mi amigo John que en el último concierto en el que ha participado, el más veterano de los componentes es un sacerdote de 104 años. A mí amigo John no se le puede reprochar nada sobre el envejecimiento demográfico, pues a sus 60 años, con 4 hijos y esperando al quinto nieto, ya está contribuyendo bastante a rejuvenecer la faz de la tierra.
Pero los datos empíricos no dejan de ser preocupantes. Según leo en un artículo reciente de Aceprensa, en el conjunto de los países más desarrollados, la fecundidad está en una media de 1,7 hijos por mujer y no llega al umbral de sustitución de generaciones (2,1 hijos). Algunos ejemplos son Canadá (1,7), Rusia (1,5), España (1,41), Italia (1,4) o Japón (1,5). Solo se acercan a la tasa de reemplazo Irlanda (2,1), Estados Unidos (2), Francia (2) y Noruega (2).
Son muchos los problemas que esto genera: desequilibrio entre población activa y retirados, crisis de los sistemas de pensiones, retraso de la maternidad, juventud prolongada y muchos otros más. Sería interesante que los gobiernos de estos paises mostrasen una mayor sensibilidad por favorecer las políticas natalistas.
2 comentarios:
Muy oportuna esta ENTRADA, Alberto. Malthus -como casi todos los "agoreros" de grandes males futuros- se equivocó. Completamente. Los estudios demográficos, incluso la sencilla observación de lo que nos rodea, dejan claro que la natalidad es un bien, y que, como tal, debemos cuidar (no me pongo extremista comparando a la raza humana como "especie a proteger por estar en peligro de extinción..." pero sí la necesidad de protegerla, más que a la del lince ibérico). Es claro que la mentalidad está cambiando: ahora se valora más a las familias numerosas que hace unos años (una madre con varios crios en la fila de la Caja del Supermercado recibía el calificativo de "irresponsable", no me invento la anécdota). Pero hay que apoyar más a las FN, y con medidas económicas concretas, ya que con "palmaditas" en la espalda y sonrisas a los niños no se pagan los pañales; ya me entendéis. Aquí, en Santander, el Ayuntamiento ha concedido (por ahora único en España) gratuidad en los billetes de los autobuses urbanos a TODOS los miembros de FN: a estas medidas me estoy refiriendo. Y hay que conseguir que las FN no paguen el mismo IVA en los productos del hogar, porque al ser grandes consumidores, y con pocos miembros que ingresan en la casa, no es justo aplicar la misma tasa que a un trabajador. Además esos niños y niñas son el futuro -real, no teórico- de la sociedad, ya que van a soportar con su trabajo a las futuras familias y las pensiones (incluyendo las de los que han tenido pocos hijos, o ninguno). Espero vuestros comentarios sobre este interesante tema.
En efecto Alberto. Muy buena esta entrada (y todo el blog). En mi país existe un progresivo envejecimiento de la población que según alegan las autoridades les preocupa bastante. Pero en realidad no les ocupa!. tenemos uno de los índices más altos de aborto inducido y una bajísima natalidad. La situación es muy alarmante y los decisores están postergando cualquier acción.
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