Hace tan solo unos días, el Papa Benedicto XVI alertaba sobre las lacras del turismo sexual, que se extiende como una moda nefasta en algunos países del mundo. Pero hay otro turismo del que apenas se habla, el turismo del transplante.
Algunos países, como Chile, tienen establecido la figura del Donante universal, que consiste en que toda persona a partir
de los 18 años de edad sea considerada, por el sólo ministerio de la
ley, donante de sus órganos una vez fallecida, a menos que en vida haya
manifestado su rechazo a ser donante. En teoría, esto podría favorecer la donación y el transplante de órganos, pero la donación debería surgir naturalidad, con libre iniciativa, y no por decreto. En cualquier caso, lo que no parece ético es la comercialización de órganos y tejidos humanos.
En un artículo publicado recientemente por Jairo Javier Vanegas y otros, titulado: Reflexión ética sobre los incentivos o comercialización para la consecución de órganos y tejidos humanos para transplantes, realizan un estudio muy completo sobre este tema.
Según los autores, "China tiene el segundo lugar entre los
países con mayor cantidad de trasplantes realizados. Sin embargo, se
afirman que los órganos son tomados de convictos o criminales
sentenciados a muerte. Se estiman en más de 5.000 los órganos que son
removidos de estos presos lo que genera un billón de dólares en
ingresos. En la India, la comercialización fue liberada hasta el año
1994, fecha en la que se introdujo una ley regulatoria, pero sin generar
cambios importantes. Otros países, como en el caso de Moldavia, la
comercialización ilegal tiene como destino Turquía, Asia e Israel". Puedes acceder al artículo completo, pinchando aquí
España sigue un año más a la cabeza de donaciones y trasplantes de órganos. Durante 2011, batió su récord con un total de 1.667 donantes que han permitido realizar un total de 4.218 trasplantes, lo que supone un incremento de un 11,8 por ciento respecto al año anterior y 445 trasplantados más.
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