Los picos de consumo de estas pastillas, según datos de la Sociedad Española de Contracepción, son los períodos vacacionales: Navidad, Semana Santa y verano. Este hecho, y según declaraciones hechas al diario La Razón por el presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGÓ), “demuestra que no se le da un uso de emergencia, porque una urgencia aparece en cualquier momento, no solo en verano o en Navidad”. Para este experto, “se ha convertido en un anticonceptivo más”.
Las grandes beneficiarias son las empresas que producen los fármacos. Ahora hay tres productos -Norlevo, Postinor y Ellaone (esta última es la denominada pildora de los cinco días después) con tendencia al alza en las ventas. Las perjudicadas son todos los bebés que han sido abortados (no podemos olvidar que uno de los efectos de la píldora es el antiimplantatorio) y las mujeres. El año pasado salió a la luz pública la muerte de una joven de 23 años en el Hospital La Paz de Madrid por infarto cerebral tras haber ingerido la pildora del día después.
Ahora, el Ministerio de Sanidad ha solicitado un informe sobre la pildora del día después en el que colaborarán la Organización Médica Colegial, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia y la Agencia Española del Medicamento. No está la Sociedad Española de Contracepción, molesta con la exclusión, que ha manifestado que la píldora no es abortiva. A esto sí que lo llamo yo remar contra viento y marea, y sobre todo contra toda evidencia científica, pero en fin, se entiende su postura, pues es mucho el dinero que está en juego.
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