Posiblemente todos hemos escuchado alguna vez el siguiente argumento: "Para acabar con las circunstancias penosas en las que se practican los abortos clandestinos, que ocasionan la muerte de muchas mujeres, es preferible -como un mal menor- legalizar el aborto". Como decía un buen amigo mío, los datos no se discuten, se comprueban.
Y esto es lo que hay. En un informe presentado recientemente por la Organización Mundial de la Salud, se muestra cómo los países que han despenalizado el aborto, en respuesta a la presión internacional que sufren, como por ejemplo Etiopía, no han logrado reducir las dramáticas tasas de mortalidad materna.
Según la Federación Internacional de Planificación Familiar (todo el mundo sabe que es el mayor proveedor mundial de aborto), en Sudáfrica se registra un alarmante aumento de muertes maternas, un país que desde 1996 tiene una de las leyes más permisivas de aborto en todo Africa. Por el contrario, la nación africana con menor tasa de mortalidad materna es la República de Mauricio. La legislación de este diminuto país es de las más protectoras a los no nacidos. La tasa de mortalidad materna en Etiopía es 48 veces superior a la de Mauricio.
En América del Sur, según la OMS. el país con menor tasa de mortalidad materna es Chile, que protege la vida de los nascituri. En el polo opuesto, tenemos a Guyana, con una tasa de mortalidad materna 30 veces superior a la de Chile, que permite el aborto casi sin restricción desde 1995. Y mientras tanto, alguno de los países más desarrollados del mundo, como Suecia, ha reducido drásticamente la ayuda a Nicaragua, precisamente por su política pro vida.
Una de las principales justificaciones para ampliar la ley del aborto es el logro de la maternidad sin riesgos, para eliminar las muertes y complicaciones asociadas con el aborto inseguro. No nos engañemos, las cuentas no cuadran: en Asi Suroriental, la región con tasa de mortalidad materna más alta es Nepal, sin restricciones para abortar; en el extremo opuesto tenemos a Sri Lanka con una tasa catorce veces inferior a la de Nepal, y con una ley restrictiva sobre el aborto.
El país con menor tasa de mortalidad materna en todo el mundo es Irlanda, que prohibe el aborto y con una Constitución que protege los derechos de los no nacidos.
1 comentario:
Pues la evidencia empírica no se puede negar... es algo objetivo.
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