Según una reciente encuesta realizada en la Universidad de Salamanca, uno de cada cuatro universitarios no siempre utiliza protección en sus relaciones sexuales; el 25,6% tuvieron su debut sexual antes de los 16 años. El 19% de los encuestados desconoce que el sida se trasmite con las relaciones sexuales. El 71% desconoce que las hepatitis B y C también se transmiten sexualmente. El 61% no sabe que el HPV (virus del papiloma humano) se contagia en las relaciones de pareja. La encuesta se realizó entre 376 universitarios entre 17 y 22 años, las tres cuartas partes de la misma eran mujeres.
El informe concluye que los estudiantes utilizan la píldora postcoital, pero "no saben sus consecuencias, ni conocen exactamente cual es su funcionamiento". Consideran que evita el embarazo en el cien por cien de los casos, y desconocen que falla entre el 1,8 y el 2,2% de las veces, que puede tener efectos secundarios y que está contraindicada con el uso combinado de otros fármacos.
Algunas conclusiones que pueden sacarse de esta encuesta son que hay un desconocimiento generalizado de los riesgos que se asumen al practicar la sexualidad, cosa que es especialmente llamativa al ser realizada entre estudiantes universitarios con fuerte predominio de Ciencias de la Salud. Otra conclusión es que apenas tiene influencia en el inicio de las relaciones sexuales el hecho de haber llegado a la universidad procedente de un centro público o privado . Pero lo más gracioso de todo es que más de la mitad considera insuficiente la información recibida sobre la sexualidad en general.
Ya se ve que después de tanto "póntelo, pónselo" algunos, por no decir muchos, se han quedado con la idea de que el sexo es un juego, que no hay que cambiar la vida por el sida. Asistimos así a una banalización de la sexualidad y a una sacralización del preservativo. Las consecuencias son evidentes: auge de las ITS, consolidación de la pandemia del Sida (que podría estar erradicado), aumento del aborto y de los embarazos no deseados entre las más jóvenes.
Ya se ve que no hay más ciego que quien no quiere ver.
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